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Sinopsis
«Los humanos no son tan brillantes. Piensan en muchas cosas, pero las bacterias solo piensan en una: sobrevivir.» Gary French, Hospital St. Thomas de Londres, Sunday Times.
Desde que abrimos los ojos al despertar hasta que los cerramos cuando nos quedamos dormidos, todo, absolutamente todo lo que observamos está cubierto de bacterias. Desde las sábanas de nuestra cama hasta los árboles que asoman al otro lado de la calle. Todo. Desde los bolígrafos de nuestro escritorio hasta las monedas que llevamos en el bolsillo o los cromos que intercambian nuestros hijos en el colegio; el pelo de nuestras mascotas, las revistas del quiosco, el teclado de nuestro ordenador... Nosotros no las vemos, pero están ahí. Y hay muchas. Muchas de ellas son beneficiosas para el ser humano; pero otras no: programadas para sobrevivir pondrán todos los medios a su alcance para esquivar a nuestro arsenal, cada vez más ineficaz, de fármacos.
«Estamos perdiendo la batalla contra las enfermedades infecciosas. En pocas palabras, los medicamentos no funcionan.» Sally Davies, jefa de la Oficina Médica, UK.
¿Qué son las bacterias patógenas? ¿Cuántas hay? ¿Cómo nos afectarán en el futuro cuando estén armadas hasta los dientes de genes de resistencia? ¿Serán todas las bacterias patógenas en el año 2050 multirresistentes? ¿Por qué los antibióticos están dejando de funcionar? ¿Está en nuestras manos evitar que esto llegue a ocurrir?
Los antibióticos son la base de la medicina moderna. Sin ellos no podríamos enfrentarnos con las bacterias que causan infecciones mortales; tampoco podríamos utilizar la quimioterapia en pacientes con cáncer, no podríamos realizar trasplantes de órganos y ni siquiera podríamos realizar operaciones quirúrgicas sencillas.
Debido a la excesiva utilización de estos medicamentos y a su mal uso, hemos favorecido la aparición y propagación de bacterias resistentes a ellos, por lo que estos fármacos están dejando de funcionar como deberían.
Este libro trata sobre el aumento alarmante de bacterias resistentes a los antibióticos, que causan enfermedades y fallecimientos todos los días en los hospitales de todo el mundo. Necesitamos que los antibióticos que estamos utilizando mantengan su actividad durante más tiempo y necesitamos descubrir otros nuevos, adaptarnos si queremos ganar la batalla contra las superbacterias.