Este sitio web utiliza cookies para mejorar su experiencia mientras navega. Las cookies que se clasifican según sea necesario se almacenan en su navegador, ya que son esenciales para el funcionamiento de las características básicas del sitio web. También utilizamos cookies de terceros que nos ayudan a analizar y comprender cómo utiliza este sitio web. Estas cookies se almacenarán en su navegador solo con su consentimiento. También tiene la opción de optar por no recibir estas cookies. Pero la exclusión voluntaria de algunas de estas cookies puede afectar su experiencia de navegación.
Imprescindibles
Las cookies necesarias son absolutamente esenciales para que el sitio web funcione correctamente. Esta categoría solo incluye cookies que garantizan funcionalidades básicas y características de seguridad del sitio web. Estas cookies no almacenan ninguna información personal.
No imprescindibles
Estas cookies pueden no ser particularmente necesarias para que el sitio web funcione y se utilizan específicamente para recopilar datos estadísticos sobre el uso del sitio web y para recopilar datos del usuario a través de análisis, anuncios y otros contenidos integrados. Activándolas nos autoriza a su uso mientras navega por nuestra página web.
Sinopsis
Un libro tan reconfortante y calido como una taza de chocolate.Reyes Calderon nos ofrece en Tardes de chocolate en el Ritz un relato lleno de chocolatinas tentadoras, fracasos de chocolate negro, risas de trufa y profundas conversaciones sobre el amor, la amistad, la familia y el valor del trabajo tan deliciosas como el cho colate mas autentico.La noche en que se conocieron en la recepcion de una embajada, nada hacia presagiar que Marta y Reyes acabarian siendo amigas. Excentrica, adicta al lujo, con varios fracasos amorosos a sus espaldas y un marido recien estrenado, Marta no parecia tener nada en comun con Reyes, una mujer volcada en su profesion y su familia. Pero el destino las unio y, contra todo pronostico, comenzaron a reunirse el tercer jueves de cada mes en el Ritz. Entre animadas charlas y reconfortantes tazas de chocolate, sus vidas terminaron entremezclandose. Porque, sin saberlo, las dos andaban en busca de la misma felicidad.