Este sitio web utiliza cookies para mejorar su experiencia mientras navega. Las cookies que se clasifican según sea necesario se almacenan en su navegador, ya que son esenciales para el funcionamiento de las características básicas del sitio web. También utilizamos cookies de terceros que nos ayudan a analizar y comprender cómo utiliza este sitio web. Estas cookies se almacenarán en su navegador solo con su consentimiento. También tiene la opción de optar por no recibir estas cookies. Pero la exclusión voluntaria de algunas de estas cookies puede afectar su experiencia de navegación.
Imprescindibles
Las cookies necesarias son absolutamente esenciales para que el sitio web funcione correctamente. Esta categoría solo incluye cookies que garantizan funcionalidades básicas y características de seguridad del sitio web. Estas cookies no almacenan ninguna información personal.
No imprescindibles
Estas cookies pueden no ser particularmente necesarias para que el sitio web funcione y se utilizan específicamente para recopilar datos estadísticos sobre el uso del sitio web y para recopilar datos del usuario a través de análisis, anuncios y otros contenidos integrados. Activándolas nos autoriza a su uso mientras navega por nuestra página web.
Sinopsis
Todo es pasión en la palabra de Álvaro Bellido, y dudas que buscan certezas, y fuego, porque es una hoguera de las que te abrasan, y agua, no siempre serena. Y vorágine. Todo. (...) Es éste un poemario esencial en el sentido literal del término. (...) Los treinta poemas que conforman esta primera antología que se ha ido macerando en un tiempo necesario para ver con perspectiva esos anni horribiles 2010-2011 sintetizan y desarrollan vivencias cuajadas de dolor, de angustia, pero también de superación, de remedios y milagros, en definitiva, de plenitud. Un Álvaro Bellido telúrico, ígneo y marino nos ofrece estos deliciosos poemas que condensan la vida y la alegría de vivirla, y consigue extraer belleza de situaciones devastadoras, de dodne se deriva la invitación implícita al carpe diem de quien ha convivido con el dolor y le ha mirado a los ojos sin dejarse vencer, sirviéndose de una brújula infalibre: siempre, al final de todo / tu cuerpo en mitad de la nada.