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Sin embargo, cada vez son más las razones que avalan la pertinencia de esta medida redistributiva. Por un lado, el empeoramiento de las condiciones de vida de gran parte de la población desde el año 2008, acelerado durante la pandemia y la crisis energética, ha mostrado la insuficiencia de los subsidios condicionados.
Por otro lado, más allá de sus justificaciones filosófico-políticas como un instrumento para la reducción de los niveles crecientes de desigualdad, la renta básica también está asistida por razones técnicas. Para demostrarlo, los autores de este libro resaltan, entre otras razones, la evidencia empírica de los buenos resultados de planes piloto realizados en distintas partes del mundo.
La novedad que aporta este exhaustivo estudio es la relativa a la financiación. Los autores, cuatro economistas de renombre expertos en la materia, analizan en profundidad las diversas fuentes de información hoy en día existentes, y con las que a través de las mismas se consigue una visión muy detallada de la desigualdad, de la pobreza, de la precariedad y de la más que inmoral concentración de la riqueza instaladas en nuestra sociedad.
Tales problemas, junto al de aumentar la libertad en el sentido republicano del término de las personas, son los objetivos de la renta básica. El modelo de financiación que proponen, con sus distintas variantes, sirve para demostrar la viabilidad de esta ambiciosa política económica. Incluso en el conjunto de la Unión Europea.
En defensa de la renta básica es un manifiesto a favor de la próxima generación de derechos económicos y sociales. Una reclamación a la que se han sumado desde personalidades tan relevantes como el secretario general de la ONU y el papa Francisco, hasta movimientos feministas, juveniles, LGTBI, artistas y profesionales de la cultura, trabajadores sociales o defensores de la salud mental.