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Sinopsis
«Este libro es un diccionario de una sola entrada, la búsqueda de una palabra que no existe en mi idioma: la que nombra a los padres que han visto morir a sus hijos. Los hijos que se quedan sin padres son huérfanos, y los cónyuges que cierran los ojos del cadáver de su pareja son viudos. Pero los padres que firmamos los papeles de los funerales de nuestros hijos no tenemos nombre ni estado civil. Somos padres por siempre. Padres de un fantasma que no crece, que no se hace mayor, al que nunca vamos a recoger al colegio, que no conocerá jamás a una chica, que no irá a la universidad y no se marchará de casa. Un hijo que nunca nos dará un disgusto y aquien nunca tendremos que abroncar. Un hijo que jamás leerá los libros que le dedicamos. Que nadie haya inventado una palabra para nombrarnos nos condena a vivir siempre en una hora violeta. Nuestros relojes no están parados, pero marcan la misma hora una y otra vez. Yo la evoco por escrito. Recuerdo este año de mi vida con la esperanza de fijar su relato y no convertirlo nunca en un lugar común».
Con estas palabras comienza este emocionante relato en el que Sergio del Molino narra un año de la vida de su hijo Pablo, desde que fue diagnosticado de un raro y grave tipo de leucemia hasta las primeras semanas tras su muerte. Hoy, cuando se cumple el décimo aniversario de su primera publicación, llega a Alfaguara la edición revisada por el autor, que cuenta además con un epílogo en el que Del Molino revisita su tiempo de escritura y los sentimientos que lo acompañaron entonces,y el orgullo personal de ver cómo lo que fue creado como un testimonio secreto acabó inspirando cambios sociales importantes.