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Sinopsis
Esta obra presenta una nueva teoría del cerebro, basada en la estructura «descentralizada» del neocórtex y sus unidades básicas, llamadas columnas corticales. Según la hipótesis que Hawkins propone, la función de estas columnas corticales es adjuntar marcos de referencia a objetos del mundo, y también a conceptos abstractos. Esto permite al cerebro humano situarse en el mundo y desenvolverse en él. A través de la actividad colectiva de estas columnas, el neocórtex efectúa un modelo del mundo y lo actualiza continuamente. No habría ningún «puesto de control central» en nuestro cerebro, y, lejos de considerar el cerebro como un ordenador supercomplicado, Hawkins lo describe como un sistema de memoria que almacena y reproduce experiencias para ayudarnos a predecir lo que sucederá a continuación. En contra de la extendida idea de que el cerebro es un sistema tremendamente complicado, Hawkins defiende que, en realidad, las capacidades que relacionamos con la inteligencia, como la percepción visual, el lenguaje, la música, las matemáticas, la ciencia y la ingeniería dependen de un algoritmo único y relativamente simple que los modelos de inteligencia artificial serán capaces de emular muy pronto.