Este sitio web utiliza cookies para mejorar su experiencia mientras navega. Las cookies que se clasifican según sea necesario se almacenan en su navegador, ya que son esenciales para el funcionamiento de las características básicas del sitio web. También utilizamos cookies de terceros que nos ayudan a analizar y comprender cómo utiliza este sitio web. Estas cookies se almacenarán en su navegador solo con su consentimiento. También tiene la opción de optar por no recibir estas cookies. Pero la exclusión voluntaria de algunas de estas cookies puede afectar su experiencia de navegación.
Imprescindibles
Las cookies necesarias son absolutamente esenciales para que el sitio web funcione correctamente. Esta categoría solo incluye cookies que garantizan funcionalidades básicas y características de seguridad del sitio web. Estas cookies no almacenan ninguna información personal.
No imprescindibles
Estas cookies pueden no ser particularmente necesarias para que el sitio web funcione y se utilizan específicamente para recopilar datos estadísticos sobre el uso del sitio web y para recopilar datos del usuario a través de análisis, anuncios y otros contenidos integrados. Activándolas nos autoriza a su uso mientras navega por nuestra página web.
Sinopsis
Hace seis millones de años, el entorno en el que vivían nuestros antepasados empezó a cambiar. La selva dio paso al bosque abierto y este a las praderas. La ocupación de ese nuevo medio fue posible gracias a la capacidad de los primeros miembros de nuestro linaje para caminar erguidos. La necesidad de desplazarse por estos espacios abiertos supuso un cambio en su configuración corporal que les dotó de una gran resistencia: las piernas se alargaron, los músculos se hicieron resistentes a la fatiga, aumentó la capacidad para sudar y se produjo la pérdida del pelaje. Su dieta también se transformó; los que habían sido sus alimentos principales frutas y hojas, principalmente escasearon y, en su lugar, proliferaron semillas, rizomas y tubérculos que, junto con una mayor abundancia de carne, conllevó el paso gradual de una dieta mayoritariamente herbívora hacia otra más variada que, a su vez, permitió una aceleración metabólica que exigió un mayor aporte de alimento. Los círculos virtuosos que se desencadenaron llevaron a nuestros ancestros a adquirir sofisticadas capacidades cognitivas y a cooperar de forma intensa en especial en la crianza de la prole en el seno del grupo.
En Primates al este del Edén, el biólogo Juan Ignacio Pérez nos desvela las claves del éxito biológico que permitió a nuestra especie expandirse hasta los últimos confines del planeta.