Este sitio web utiliza cookies para mejorar su experiencia mientras navega. Las cookies que se clasifican según sea necesario se almacenan en su navegador, ya que son esenciales para el funcionamiento de las características básicas del sitio web. También utilizamos cookies de terceros que nos ayudan a analizar y comprender cómo utiliza este sitio web. Estas cookies se almacenarán en su navegador solo con su consentimiento. También tiene la opción de optar por no recibir estas cookies. Pero la exclusión voluntaria de algunas de estas cookies puede afectar su experiencia de navegación.
Imprescindibles
Las cookies necesarias son absolutamente esenciales para que el sitio web funcione correctamente. Esta categoría solo incluye cookies que garantizan funcionalidades básicas y características de seguridad del sitio web. Estas cookies no almacenan ninguna información personal.
No imprescindibles
Estas cookies pueden no ser particularmente necesarias para que el sitio web funcione y se utilizan específicamente para recopilar datos estadísticos sobre el uso del sitio web y para recopilar datos del usuario a través de análisis, anuncios y otros contenidos integrados. Activándolas nos autoriza a su uso mientras navega por nuestra página web.
Sinopsis
Lo que comenzó como una conferencia sobre "Las mujeres y la novela" para un auditorio de estudiantes universitarias en 1928, se ha convertido en uno de los ensayos más emblemáticos del feminismo. Virginia Woolf plantea que, para poder escribir, las mujeres necesitan tener dinero y un cuarto propio. Hasta comienzos del siglo XX no lo tenían; habían estado escribiendo en las salas comunes de sus hogares. Woolf expone con ingenio las condiciones en que las mujeres se dedicaban al acto creativo hasta entonces y nos alienta a dar vuelta la historia. Esta edición anotada cuenta con marcas de lectura a cargo de Agustina de Diego. Tiene argumentos subrayados, notas al margen, guías de lectura al final de cada capítulo y un prólogo magistral. Cecilia Pavón, nos regala una traducción actual en la que supo captar las sutilezas discursivas de Woolf. Las ilustraciones de María Eugenia Hernández son el maridaje perfecto para velar por una larga vida a este clásico en nuestras bibliotecas.